Amargura y preocupación. ¿Qué otros sentimientos podríamos albergar tras saber que el Obispado de Córdoba ha creado el premio “Madre y Maestra de la Vida” para premiar con 2.000 euros y un diploma –sí, 2.000 euros y un diploma– a las universitarias embarazadas que decidan no abortar? La Rede Galega pola Igualdade respeta la libertad de culto que tiene en cuenta la legalidad. La ciudadanía tiene derecho a tener fe; la mujer tiene derecho a parir y a abortar y ha de ser respetada. Esta propuesta esperpéntica no insulta al feminismo, insulta a toda persona e implica un desconocimiento absoluto y preocupante de la realidad de la mujer.
Desconocemos si los 2.000 euros con los que está dotado el premio proceden de subvenciones. Según Público, la Junta de Andalucía sí financia al centro de Magisterio Sagrado Corazón. Entra dentro de la lógica que en el gobierno de dicha comunidad se encuentre en “estado de shock” ante el anuncio del Obispado. En España, la Iglesia recibe más de 240 millones de euros al año de las arcas del Estado. Las certezas no se debaten: el dinero público no está para financiar ataques a la libertad de las mujeres. Es inmoral.
La Universidad de Córdoba se ha desmarcado también del asunto: “Pensamos que en lo público se debe ser plural, al igual que se debe respetar el derecho de cualquier mujer a tomar de manera responsable las decisiones que estime oportunas, y que responden al marco legal vigente. La política de género de la Universidad de Córdoba y su posicionamiento en este terreno son coherentes con las acciones y políticas propiciadas desde nuestra Unidad de Igualdad”, apunta el comunicado recogido por la prensa escrita. Igualdad, sí.
Según las bases de la convocatoria, en la solicitud para optar al premio han de constar los datos personales y académicos de la candidata; también fecha del embarazo y, literalmente, “las dificultades que encontró y motivaciones…” De forma genérica, queremos aportar unas cuantas preocupaciones que surgen en el camino hacia la maternidad: económicas -¿2000 euros y un diploma?-, laborales, de conciliación…
Por si el Obispado de Córdoba tiene a bien echar un ojo a aquello que desconoce y contra lo que arremete con un disfraz de positivismo, citamos también algunas razones que motivan un aborto, una decisión que compete a la mujer y que, por supuesto, siempre es difícil: la falta de preparación emocional es una de ellas, porque las mujeres tenemos emociones, sí (no se olviden); las dificultades económicas (¿2.000 euros y un diploma?); un caso de violación o simplemente nuestra opción de elegir.